EL MONSTRUO



Elba Esther ha pasado, de ser un mal necesario, a uno prescindible… Su gran secreto, es que ni el Presidente sabe de este notable cambio. Hace una semana presenté una propuesta que sintetiza sentimientos ciudadanos que me han sugerido a través de www.revoluciondelintelecto.com sobre lo que tendrían que ser las bases de una Revolución de la Educación. 
La primera reacción de muchos fue que les presentaba una utopía. Horas después empezó a hacer sentido la propuesta. Luego vino la emoción de lo necesario de concebir —de otra manera— muchos de los valores educativos que urge reposicionar. Emocionó entender a la escuela como un templo. Al maestro como un guía de nuestros tiempos. Al alumno, como tesoro nacional. A los padres, como promotores de cambio. Al conocimiento, como eje rector de nuestras acciones. A México, como el gran beneficiario del esfuerzo nacional más ambicioso jamás promovido. Todo bueno… pero irrealizable. 
Los mexicanos sabemos lo que hay que hacer. Aunque en algunos casos como éste, doblamos las manos y nos ponemos a merced de una realidad que apabulla. ¿Cuál fue el principal obstáculo de tan hermosa pretensión?... Elba Esther Gordillo. La líder nacional del magisterio es concebida como una líder; necesaria pero perniciosa. Salvadora aunque tirana. Madre de la estabilidad y paz sociales. Conciliadora en la oscuridad… amenazante a la luz del día. Amiga del poderoso en turno. Evasiva y peligrosa. Ambiciosa en extremo. 
Sé que ante la llegada de Ernesto Zedillo a la Presidencia de la República, sabedora de su animadversión, Elba acabó por ver a un brujo en África que le devolvió su armonía y poder ante el mundo político. 
A costa de otras pérdidas inconfesables. Elba, que moría física y políticamente después de haber sufrido una hepatitis C, técnicamente mortal. Y luego de un forzado autoexilio, regresó por sus fueros con más fuerza que nunca. Ex amante de Carlos Jonguitud Barrios, otrora líder todopoderoso del magisterio. Bebió de él su insidiosa influencia para después desecharlo. Se volvió instrumento de control y atraso. Paz social contra la llave del progreso. La educación de un pueblo sacrificada, a cambio de la disciplina de un millón de “maestros” potencialmente explosivos. 

www.excelsior.com.mx/el buho no ha muertoLa conciencia del Presidente en turno sabe de lo conveniente que le resulta la figura de Elba Esther. El Presidente también reconoce en el fondo de su alma lo costoso de esta alianza. Que todo va en detrimento de un camino claro para México.  Si pueblos desarrollados llegan a serlo, con base en altas escolaridades de sus siervos. “¡Que México sea la excepción!” Primero está la paz, que el camino al conocimiento. Todos sabemos que así es —y qué curioso—… Nadie se atreve a señalarla como uno de los más grandes males del México de nuestros tiempos. 
Penoso resulta que una posible Revolución de la Educación… Clave para hacer viable el futuro de este país, abortara por la cobardía de un “statu quo” que no se atreve a modificar la forzada sonrisa que el poder le regala a Elba y su sindicato.
Congruente con la idea de que ha llegado el tiempo del ciudadano, proclamo: Hoy el grito es “no a los plurinominales”. De acuerdo. Y surge uno nuevo. “No a Elba Esther Gordillo”.
Entiendo el peso de mis palabras. Asumo el costo. Me apena que para construir al nuevo México, haya que destruir a casi todo el viejo. Destruir implica un grado de valor. Si bien siento algunas manifestaciones aisladas de entereza… No es suficiente.
“No a Elba Esther”. ¡Se acabó! No hay proyecto educativo viable que la contemple. No soy un anti sindicalista. Los maestros requieren lo mejor de nuestros esfuerzos colectivos. Recién la semana pasada lo subrayaba. Pero el poder del SNTE, puede ser fraccionado por estados. Treinta y dos líderes magisteriales son mejores que un monstruo hecho por el sistema. El cambio simple de unos por otros siempre resulta peor. Llegué a pensar que “La Quina” era negativo a Pemex y nació Carlos Romero Deschamps. De Carlos Jonguitud Barrios siempre supe que era un lastre para México y de sus entrañas y pasiones nació Elba Esther Gordillo.
 Un alebrije con pretensiones recargadas de vanidad incurable. Ignorancia lastimosa. Arrogancia insensible. ¿Queremos cambiar a México? Hubo quien pensó que acabar con el SME y Martín Esparza significaría el fin del mundo. No pasó nada.
Hacer a un lado a Elba Esther es tan fácil… Proporcional a los “tamaños” de la fuerza del Estado. Estado: expresión suprema de gobierno y ciudadanos. Soy libre de pensar que todo se puede. Mi función es compartir una fuerza que sé tiene la sociedad… aunque inutilizada para bien de México.


Por Pedro Ferriz
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